Cartagena es una ciudad y un municipio de España situado en la costa del mar Mediterráneo, en la comunidad autónoma de la Región de Murcia. La ciudad, capital del municipio del mismo nombre, es la sede del parlamento autonómico de la Región de Murcia, la Asamblea Regional de Murcia, órgano legislativo de la comunidad autónoma.4​ Cuenta con una población de 214 177 habitantes (INE, 2017) repartida en un término municipal de 558,08 km². Se encuentra al sur de la llanura Campo de Cartagena, comarca natural que forma su área metropolitana y que cuenta con una población de 409 586 habitantes. Así, ocupa el puesto 22º en la lista de municipios más poblados de España y el puesto 26º en la lista de áreas metropolitanas de España.

La ciudad de Cartagena fue fundada como Qart Hadasht por el cartaginés Asdrúbal el Bello en el año 227 a. C., sobre un anterior asentamiento ibérico o tartésico,5​ tradicionalmente identificado como Mastia.6​ La ciudad conoció su apogeo durante época romana, con el nombre de Carthago Nova, época en la que fue capital de provincia tras la división administrativa de Diocleciano. Tras la desaparición del imperio romano, Cartagena, con el nombre de Carthago Spartaria, formó parte de los dominios bizantinos en la península ibérica, de la que fue uno de sus más importantes ciudades y acaso su capital, resultando destruida tras su toma por los visigodos. Tras ello, Cartagena entró en un periodo de decadencia que no fue revertido hasta bien entrada la edad moderna. A partir del siglo XVI se potenció el papel militar de Cartagena debido a la importancia estratégica de su puerto, y en el siglo XVIII se convirtió en capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo. En el siglo XIX, incluida en la Región de Murcia desde 1833, vivió las vicisitudes del sistema liberal español con episodios como la insurrección de 1844 o la rebelión cantonal de 1873.7​8​9​

Desde finales del siglo XIX, y durante el siglo XX, la economía de Cartagena se basó en la explotación del cinc, plata y plomo de la sierra minera, cuya prosperidad se manifestó con la construcción de edificios modernistas, y también en la explotación del sector químico (sulfuro, abonos fosfatados y explosivos). En la actualidad, agotados los filones mineros, Cartagena vive principalmente de la construcción y reparación naval, el refinado de petróleo y la exportación de aceite de oliva, frutas, cítricos, hortalizas, esparto, vino y productos metálicos. Así mismo, es una de las principales bases navales del país, junto con Rota y Ferrol, y un emergente destino turístico gracias a su patrimonio histórico-artístico, que abarca de vestigios de época cartaginesa, romana, bizantina, edificaciones de carácter militar de época moderna y contemporánea, así como con edificios neoclásicos y modernistas. En el ámbito cultural es conocida por sus fiestas mayores de Carthagineses y Romanos y las procesiones de Semana Santa, estando declaradas ambas de Interés Turístico Internacional.

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